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lunes, 30 de noviembre de 2009
martes, 17 de noviembre de 2009
Entrevista a Claudia Korol
Tenemos el gusto de compartir con ustedes la siguiente entrevista realizada por el colectivo a la compañera de Argentina Claudia Korol, educadora popular y feminista, entregada a la lucha latinoamericana por la emancipación.
Esperamos que les guste
1. ¿Cómo y porque se acerco a los movimientos populares de Argentina?
Me incorporé a la militancia en los años 70, cuando toda una generación, cansada de los abusos de las dictaduras, se sumó a las movilizaciones populares e intentó transformar las relaciones de opresión. Me integré en la escuela secundaria al centro de estudiantes, y participé desde ahí en diferentes movilizaciones, y en tareas que intentaban relacionar a los estudiantes con los sectores más oprimidos, a través de tareas conjuntas, experiencias de alfabetización, círculos de debate cultural.
2. ¿Cómo incide, la tortura y la desaparición de miles de personas durante la Dictadura Militar, en los Estudiantes de hoy en día?
Creo que ha quedado una marca del terrorismo de estado en todos los sectores sociales del país. A esto se agrega en el caso de la Universidad que se han desarrollado procesos de profunda elitización, como consecuencia de las políticas neoliberales, y de mercantilización de la educación. El miedo introyectado por la dictadura, fue profundizado por las políticas de impunidad, y por los cambios culturales que empujan a un sálvese quien pueda. El movimiento estudiantil perdió su protagonismo en las luchas populares, aunque hay franjas que actualmente se reorganizan e intentan promover procesos de resistencia y de auto-organización, problematizando la memoria y los proyectos hoy en juego, e intentando debatir el sentido mismo de los saberes académicos.
3. ¿Qué importancia y méritos le da a los procesos de Educación Popular que se vienen gestando desde hace más de 40 años en Latinoamérica?
Creo que la educación popular está profundamente enraizada en el pensamiento latinoamericano, indígena, negro, feminista, y popular. Es una concepción político pedagógica nacida en nuestro continente, y tiene por ello capacidad para interpelar la cultura eurocéntrica liberal impuesta a través de los procesos de colonización compulsiva y de saqueo de nuestros territorios. Aporta también al diálogo de las diferentes resistencias que históricamente han enfrentado las políticas de explotación capitalista, de opresión colonial y patriarcal. Entiendo que la educación popular ha contribuido como una dimensión específica de la creación de movimientos sociales y políticos que en las últimas décadas construyeron sujetos colectivos críticos, y permitieron recrear el pensamiento y las prácticas revolucionarias.
4. “Considera importante retomar la obra de Paulo Freire en los procesos de educación popular? ¿Porqué?”
Entiendo que es fundamental continuar trabajando sobre la obra de Paulo Freire, porque sus aportes pedagógicos a la comprensión de los procesos de enseñanza y aprendizaje, de revelación del mundo, de apropiación de un pensamiento dialéctico, son fundamentales como pilares de la propuesta de educación popular.
5. ¿Se considera heredera de la obra de Paulo Freire? ¿Porqué?
No me considero heredera de su obra. Es más, creo que la obra de Paulo Freire ha sido socializada fundamentalmente por los movimientos populares en lucha. Es un pensamiento que se rehace en la búsqueda de aportar desde la educación a las batallas por la libertad, por la emancipación, por la creación de hombres y mujeres nuevos.
6. ¿Qué retos asumimos hoy lxs educadorxs populares en Latinoamérica?
Creo que el reto fundamental es ser parte activa de la pulseada que actualmente se libra en todo el continente, entre las fuerzas reaccionarias y fascistas que quieren cerrar los espacios abiertos por la lucha popular, imponiendo la militarización, el control de las sociedades, la criminalización de los movimientos populares, para favorecer una nueva etapa de acumulación capitalista, en la que América Latina resulte funcional a las corporaciones trasnacionales que gobiernan el mundo; y los movimientos populares que promueven alternativas anticapitalistas, democráticas, que intentan abrir espacios nuevos para promover la opción socialista. Como educadores y educadoras populares, nuestros retos son aportar a que los movimientos populares puedan reflexionar desde su praxis, y creen herramientas teóricas y prácticas para interpretar mejor esta compleja realidad, y sobre todo para poder transformarla. También estimular la formación política de los y las militantes y luchadorxs del continente, de manera de multiplicar las fuerzas necesarias para que el dilema actual, socialismo o barbarie, se pueda resolver en dirección a abrir nuevas posibilidades a la opción socialista. Esto requiere también poder analizar críticamente las experiencias realizadas en nombre del socialismo en el siglo 20, y estudiar los aportes del marxismo latinoamericano, y de otros pensamientos emancipatorios como la teología de la liberación, y el feminismo, o el que surge de la lucha indoafroamericana. Se trata de promover el socialismo latinoamericano, en la lógica propuesta por José Carlos Mariátegui: como creación heroica de los pueblos.
7. ¿Conoce procesos de educación popular que se desarrollan en Colombia? ¿Que opinión le merecen los movimientos populares de nuestro país?
Conozco varios procesos de educación popular, desarrollados fundamentalmente por organizaciones campesinas, de comunidades de pueblos originarios, de jóvenes, de mujeres, y sindicales. Tengo un enorme respeto y admiración por la lucha tan difícil que libran los movimientos populares colombianos, en el contexto de militarización y de terrorismo de Estado.
8. ¿Cómo entiende el conflicto interno Colombiano
Creo que es consecuencia de las políticas de terror que sistemáticamente reproduce el estado colombiano, creando amplias zonas de exclusión. También de la intervención norteamericana y europea, que a través del Plan Colombia, ha financiado y sigue financiado la represión a las poblaciones, y la acción paramilitar. Entiendo que es imprescindible avanzar en una política de paz con justicia, que asegure la vida del conjunto de las partes que hoy son parte del conflicto, y el diálogo para que todos los sujetos organizados puedan expresar sus demandas y necesidades. Un diálogo que no puede remitirse a los actores armados y el Estado, sino que tiene que involucrar a toda la población; y que tampoco puede intentar realizarse sobre la base del exterminio de una de las partes.
8. .¿Cómo ve el papel que estamos jugando las mujeres en las luchas populares en Colombia?
Me parece que es esencial el papel que están jugando las mujeres colombianas en la lucha por la paz, por la plena vigencia de los derechos humanos, y por la vida.
10. ¿Qué procesos de resistencia popular conoce y le interesan de nuestro país?
Conozco distintas experiencias, pero no soy especialista. Me interesa conocer todas las maneras que encuentra el pueblo para rebelarse contra el terrorismo de Estado criminal, y la invasión norteamericana al territorio colombiano.
11. Por último, ¿ ¿Quisiera decirle algo a las organizaciones que en Colombia que día a día se mantienen en resistencia al gobierno autoritario de Álvaro Uribe Vélez y a su política de Seguridad Democrática?
Quisiera abrazar a los compañeros y compañeras presas y presos, y decirles que no los olvidamos. Abrazar a los familiares y víctimas de la represión, y decirles que comprendemos su dolor, y acompañamos sus resistencias y su coraje. Y también compartir con todas las organizaciones populares la convicción que la solución política pacífica del conflicto colombiano, es urgente y necesario para todos los latinoamericanos y latinoamericanas.
miércoles, 28 de octubre de 2009
jueves, 22 de octubre de 2009
miércoles, 21 de octubre de 2009
martes, 13 de octubre de 2009
Manifiesto EcoPedagógico
El siguiente artículo será publicado en la edición de Octubre del periodico Desde Abajo.
LA ECOPEDAGOGÍA COMO UNA CONSTRUCCIÓN PLANETARIA PARA DESENMASCARAR Y TRANSFORMAR EL HORROR DEL CAPITALISMO
En la tierra hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos, pero no tanto como para satisfacer la avaricia de algunos. Mahatma Gandhi.
La Ecopedagogía o Pedagogía de la Tierra, como movimiento colectivo debe convertirse hoy en una apuesta y práctica de todos los movimientos sociales que día a día sufren los horrores de un modo de destrucción global: El Capitalismo; que como lo señala Leonardo Boff, no sólo es explotador de la fuerza de trabajo al situar al ser humano al servicio de la economía y no la economía al servicio del ser humano, sino también aniquilador, destructor de la naturaleza al agotar todos sus recursos por medio de la creación de ficticias necesidades que alimentan día a día la desigualdad social y económica entre los seres humanos y los países.
Colombia es uno de los países del mundo en el que más ha recaído las desgracias que produce el capitalismo: su riqueza ha servido para alimentar la avaricia de las multinacionales que a nombre del crecimiento económico destruyen y se apoderan de importantes recursos naturales como el agua, el carbón y el petróleo.
Las grandes extensiones de bosque hacen de Colombia el segundo país más rico en biodiversidad del mundo pero por cuenta de la “civilización” viene siendo destruida por las fumigaciones con glifosato impuestas por el Plan Colombia. La variedad de plantaciones vegetales de gran importancia para el sustento campesino y para la soberanía alimentaria de los y las colombianos y colombianas ha sido sustituida por la plantación de grandes extensiones de palma africana, despojando de sus tierras con la ayuda de los paramilitares y la complicidad del Estado a millones de campesinos y campesinas que día a día se ven obligados y obligadas a desplazarse forzosamente a las grandes ciudades en donde no reciben ningún tipo de atención por parte del Estado.
Frente a esta caótica realidad colombiana, en la que el sufrimiento es administrado por unos pocos y recae sobre la gran mayoría: desposeídos, indígenas, estudiantes, campesinos y campesinas, afrodescendientes, desplazados y desplazadas; las políticas educativas carentes de un contenido ético-político se han convertido, desde hace más de 500 años, en cómplices de la barbarie de la civilización occidental al hacer eco de esas ideas que consideran a nuestros bosques como “selva”. De que debemos “limpiar”, civilizar y destruir la vida que está en la selva. Que los indígenas son incultos e incivilizados porque viven en la selva. Confundiendo caminos y asfalto con civilización. ¡Hasta para nuestros mejores arquitectos la tentación de cimentar todo es confundida con arte![1]
Esta educación occidental-formal a la que nos hemos adaptado pero nunca integrado, ha dejado a un lado y ha rechazado los sistemas nativos de enseñanza y de socialización de la cultura de nuestros y nuestras aborígenes; quienes eran capaces de transmitir un fuerte sentido de identidad cultural. Aquellos métodos de socialización de la cultura estaban profundamente ligados a promover una identidad y un sentimiento de amor y respeto por nuestra madre tierra.[2] Esta educación de nuestros y nuestras indígenas es la que hoy más que nunca necesitamos rescatar si le apostamos a una educación comunitaria, basada en el consenso, en la solidaridad y en el sentido colectivo.
La Ecopedagogía nos desafía como la única superación a un modo de educar que oculta y niega la relación entre las precarias condiciones de vida y la política económica, industrial y ambiental; que nos exime de toda responsabilidad frente a la basura tirada en las calles y frente al demencial crecimiento económico que cada día entra más en contradicción con la naturaleza.
Esta instrucción cada vez más alejada de nuestra realidad nunca nos ha dado la oportunidad de construir una relación más afectiva con las maravillas que tienen nuestra tierra, nunca tuvimos, como lo describe Angela Antunes[3] en el prefacio de Pedagogía de la Tierra, la oportunidad de plantar un árbol, de cosechar legumbres en una huerta, de chupar un mango recogido en el jardín de la escuela y/o de admirar la belleza de una planta.
La Ecopedagogía es también un llamado a introducir temas ecológicos con un fuerte sentido crítico en las demás asignaturas como español, matemáticas, sociales, economía e historia para que de tal manera se supere esa tendencia de la educación tradicional de programarlas como feudos académicos separadas por fronteras infranqueables, como repúblicas independientes que administran las diferentes ramas de un saber fragmentado[4]. Contrariamente a esta actitud atomizante, los y las ecopedagogos y ecopedagogas, conscientes de que la Madre Naturaleza es una sola totalidad, ofrecerá a sus ecoeducandos grandes temas ambientales dentro de cualquier asignatura específica.
De tal forma, vemos en la Ecopedagogía una opción para plantearnos una reflexión-acción-transformación desde la organización de base por medio de la Educación Libertaria Popular de acuerdo con nuestras necesidades y experiencias. No se trata tampoco, como nos advirtió nuestro maestro Paulo Freire, de reducir la escuela y la pedagogía a una tabula rasa y de construir encima de sus cenizas la ecopedagogía. No se trata de una escuela y de una pedagogía “alternativa”, es decir, construidas separadamente de la escuela y de las pedagogías actuales. Se trata de construir en el interior de ellas, dialécticamente, a partir de la escuela y de la pedagogía que tenemos, otras posibilidades, sin aniquilar las presentes. El futuro no es la destrucción del pasado sino su superación.
En conclusión, la Ecopedagogía sólo tiene sentido como proyecto alternativo global, en el que la preocupación no está sólo en la preservación de la naturaleza o en el impacto de las sociedades humanas sobre los ambientes naturales, sino un nuevo modelo de civilización sustentable desde el punto de vista ecológico, que implica un cambio en las estructuras económicas, sociales y culturales, Tal civilización sustentable está ligada, no obstante, a un proyecto utópico: cambiar las relaciones humanas, sociales, y ambientales que tenemos hoy.
Colectivo de Pedagogía Libertaria Popular “Nacho Lee”.
distrinacholee@hotmail.com
http://www.nacholeeedupopular.blogspot.com/
Centro de Investigación Libertaria y Educación Popular CILEP.
cilepinvestigacion@yahoo.com
http://www.cilep.8m.com/
Red Libertaria Popular Mateo Kramer.
redlibertariapmk@yahoo.com
www.redlibertariapmk.org
[1] C.f Moacir Gadotti. Pedagogía de la tierra. Siglo veintiuno editores. P.p 22.
[2] C.f Moacir Gadotti. Pedagogía de la tierra. Siglo veintiuno editores. P.p 21.
[3] Directora técnico-pedagógica del Instituto Paulo Freire en Brasil.
[4] C.f Marcel Zimmermann. Ecopedagogía para el nuevo milenio. Ecoe ediciones. P.p 51
En la tierra hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos, pero no tanto como para satisfacer la avaricia de algunos. Mahatma Gandhi.
La Ecopedagogía o Pedagogía de la Tierra, como movimiento colectivo debe convertirse hoy en una apuesta y práctica de todos los movimientos sociales que día a día sufren los horrores de un modo de destrucción global: El Capitalismo; que como lo señala Leonardo Boff, no sólo es explotador de la fuerza de trabajo al situar al ser humano al servicio de la economía y no la economía al servicio del ser humano, sino también aniquilador, destructor de la naturaleza al agotar todos sus recursos por medio de la creación de ficticias necesidades que alimentan día a día la desigualdad social y económica entre los seres humanos y los países.
Colombia es uno de los países del mundo en el que más ha recaído las desgracias que produce el capitalismo: su riqueza ha servido para alimentar la avaricia de las multinacionales que a nombre del crecimiento económico destruyen y se apoderan de importantes recursos naturales como el agua, el carbón y el petróleo.
Las grandes extensiones de bosque hacen de Colombia el segundo país más rico en biodiversidad del mundo pero por cuenta de la “civilización” viene siendo destruida por las fumigaciones con glifosato impuestas por el Plan Colombia. La variedad de plantaciones vegetales de gran importancia para el sustento campesino y para la soberanía alimentaria de los y las colombianos y colombianas ha sido sustituida por la plantación de grandes extensiones de palma africana, despojando de sus tierras con la ayuda de los paramilitares y la complicidad del Estado a millones de campesinos y campesinas que día a día se ven obligados y obligadas a desplazarse forzosamente a las grandes ciudades en donde no reciben ningún tipo de atención por parte del Estado.
Frente a esta caótica realidad colombiana, en la que el sufrimiento es administrado por unos pocos y recae sobre la gran mayoría: desposeídos, indígenas, estudiantes, campesinos y campesinas, afrodescendientes, desplazados y desplazadas; las políticas educativas carentes de un contenido ético-político se han convertido, desde hace más de 500 años, en cómplices de la barbarie de la civilización occidental al hacer eco de esas ideas que consideran a nuestros bosques como “selva”. De que debemos “limpiar”, civilizar y destruir la vida que está en la selva. Que los indígenas son incultos e incivilizados porque viven en la selva. Confundiendo caminos y asfalto con civilización. ¡Hasta para nuestros mejores arquitectos la tentación de cimentar todo es confundida con arte![1]
Esta educación occidental-formal a la que nos hemos adaptado pero nunca integrado, ha dejado a un lado y ha rechazado los sistemas nativos de enseñanza y de socialización de la cultura de nuestros y nuestras aborígenes; quienes eran capaces de transmitir un fuerte sentido de identidad cultural. Aquellos métodos de socialización de la cultura estaban profundamente ligados a promover una identidad y un sentimiento de amor y respeto por nuestra madre tierra.[2] Esta educación de nuestros y nuestras indígenas es la que hoy más que nunca necesitamos rescatar si le apostamos a una educación comunitaria, basada en el consenso, en la solidaridad y en el sentido colectivo.
La Ecopedagogía nos desafía como la única superación a un modo de educar que oculta y niega la relación entre las precarias condiciones de vida y la política económica, industrial y ambiental; que nos exime de toda responsabilidad frente a la basura tirada en las calles y frente al demencial crecimiento económico que cada día entra más en contradicción con la naturaleza.
Esta instrucción cada vez más alejada de nuestra realidad nunca nos ha dado la oportunidad de construir una relación más afectiva con las maravillas que tienen nuestra tierra, nunca tuvimos, como lo describe Angela Antunes[3] en el prefacio de Pedagogía de la Tierra, la oportunidad de plantar un árbol, de cosechar legumbres en una huerta, de chupar un mango recogido en el jardín de la escuela y/o de admirar la belleza de una planta.
La Ecopedagogía es también un llamado a introducir temas ecológicos con un fuerte sentido crítico en las demás asignaturas como español, matemáticas, sociales, economía e historia para que de tal manera se supere esa tendencia de la educación tradicional de programarlas como feudos académicos separadas por fronteras infranqueables, como repúblicas independientes que administran las diferentes ramas de un saber fragmentado[4]. Contrariamente a esta actitud atomizante, los y las ecopedagogos y ecopedagogas, conscientes de que la Madre Naturaleza es una sola totalidad, ofrecerá a sus ecoeducandos grandes temas ambientales dentro de cualquier asignatura específica.
De tal forma, vemos en la Ecopedagogía una opción para plantearnos una reflexión-acción-transformación desde la organización de base por medio de la Educación Libertaria Popular de acuerdo con nuestras necesidades y experiencias. No se trata tampoco, como nos advirtió nuestro maestro Paulo Freire, de reducir la escuela y la pedagogía a una tabula rasa y de construir encima de sus cenizas la ecopedagogía. No se trata de una escuela y de una pedagogía “alternativa”, es decir, construidas separadamente de la escuela y de las pedagogías actuales. Se trata de construir en el interior de ellas, dialécticamente, a partir de la escuela y de la pedagogía que tenemos, otras posibilidades, sin aniquilar las presentes. El futuro no es la destrucción del pasado sino su superación.
En conclusión, la Ecopedagogía sólo tiene sentido como proyecto alternativo global, en el que la preocupación no está sólo en la preservación de la naturaleza o en el impacto de las sociedades humanas sobre los ambientes naturales, sino un nuevo modelo de civilización sustentable desde el punto de vista ecológico, que implica un cambio en las estructuras económicas, sociales y culturales, Tal civilización sustentable está ligada, no obstante, a un proyecto utópico: cambiar las relaciones humanas, sociales, y ambientales que tenemos hoy.
Colectivo de Pedagogía Libertaria Popular “Nacho Lee”.
distrinacholee@hotmail.com
http://www.nacholeeedupopular.blogspot.com/
Centro de Investigación Libertaria y Educación Popular CILEP.
cilepinvestigacion@yahoo.com
http://www.cilep.8m.com/
Red Libertaria Popular Mateo Kramer.
redlibertariapmk@yahoo.com
www.redlibertariapmk.org
[1] C.f Moacir Gadotti. Pedagogía de la tierra. Siglo veintiuno editores. P.p 22.
[2] C.f Moacir Gadotti. Pedagogía de la tierra. Siglo veintiuno editores. P.p 21.
[3] Directora técnico-pedagógica del Instituto Paulo Freire en Brasil.
[4] C.f Marcel Zimmermann. Ecopedagogía para el nuevo milenio. Ecoe ediciones. P.p 51
domingo, 4 de octubre de 2009
Lxs estudiantes de Cerros del Sur conmemoran a Orlando Fals Borda
Lxs estudiantes del Colegio Cerros del Sur conmemoraron al gran Maestro Orlando Fals Borda con este cartel tras un año de su fallecimiento destacando sus aportes a la investigación, a la educación y a la sociología.
Este intelectual cabal, supo mantener la independencia con todo, sin abandonar su compromiso social y político con la emancipación.
¡Larga vida al maestro!
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